Juan “El cusco”
Apodado "el Cuzco" por los españoles debido a su origen en la capital imperial inca, fue llevado a Castilla tras las primeras expediciones de Pizarro. Según relata el cronista Agustín de Zárate, este joven noble incaico fue instruido personalmente por el emperador Carlos V, quien mostró interés en su educación como potencial intermediario cultural. Al regresar al Perú aproximadamente sobre el 1535, Juan desempeñó un papel fundamental como intérprete en las negociaciones con Manco Inca durante el levantamiento de 1536. Su conocimiento de la estructura política inca y su dominio tanto del quechua como del español le permitieron mediar en situaciones extremadamente tensas. El cronista Titu Cusi Yupanqui menciona su intervención en varios momentos críticos del conflicto. La particular posición de Juan como miembro de la élite incaica convertido en aliado español generó sospechas en ambos bandos. Documentos del Archivo General de Indias sugieren que fue acusado de traición por españoles que desconfiaban de su lealtad, mientras que las comunidades indígenas lo consideraban un colaboracionista